Se habla de hipertensión arterial cuando la tensión se situá por encima de unas cifras que, por consenso, son de 140/90 mm Hg

Cuando el corazón late, bombea sangre hacia el interior de las arterias y crea presión en ellas. Esta presión (presión arterial) produce que la sangre fluya hacia todas las partes del organismo.

El médico registra dos valores cuando mide la presión arterial. El primer valor o presión sistólica mide la presión generada por el latido del corazón. El segundo valor o presión diastólica, mide la presión que existe entre dos latidos del corazón.

La presión arterial cambia constantemente a causa de la postura, la actividad física, el grado de nerviosismo, el tabaco o el sueño.

El médico puede hacer varias determinaciones de la tensión arterial durante un cierto periodo de tiempo antes de llegar al diagnóstico definitivo de hipertensión arterial. La hipertensión arterial no es una “tensión nerviosa” 

Las personas con hipertensión no siempre están ansiosos, son compulsivos o “nerviosos”. Se puede ser hipertenso sin tener ninguno de estos otros síntomas. La hipertensión arterial, en sus primeras fases, puede producir pocos o ningún síntoma. Esta es la razón por la que se la llama “el asesino silencioso”.

La hipertensión afecta a personas de todas las edades, aunque es más común entre las personas de más de 40 años de edad. En algunas familias ,varios miembros de la misma padecen hipertensión y por el contrario, personas con una historia familiar de hipertensión, no la desarrollan nunca.

¿Qué causa la hipertensión arterial?

La mayoría de las personas tienen lo que se denomina hipertensión arterial primaria o esencial. Esto significa que la causa no es conocida. A pesar de la continua investigación, no se encuentra la causa exacta en alrededor del 90% de los casos. Entre los factores de riesgo de desarrollar hipertensión se encuentra:

  • consumir habitualmente alimentos ricos en sal, especialmente para las personas sensibles a la sal.
  • enfermedad renal
  • los tumores de las glándulas suprarrenales
  • el estrechamiento de ciertas arterias

¿Cómo se desarrolla la hipertensión arterial?

 

El corazón bombea sangre a través de las arterias del organismo. Las grandes arterias que salen del corazón se van ramificando hasta llegar a convertirse en arteriolas, que a su vez se van ramificando hasta llegar a ser capilares. Los capilares llevan el oxígeno y los nutrientes a los diferentes órganos del cuerpo. La sangre vuelve al corazón a través de las venas.

Las arteriolas se dilatan (se ensanchan) o se contraen (se estrechan) bajo la influencia de ciertos impulsos nerviosos. Si los vasos sanguíneos se ensanchan, la sangre fluye sin dificultad. No se necesita un aumento en la fuerza de bombeo de la sangre por parte del corazón.

Pero si los vasos sanguíneos se estrechan, el corazón debe bombear con más esfuerzo para hacer fluir la sangre a través de las arteriolas. Entonces se puede desarrollar la hipertensión. Cuando esto ocurre, el corazón se encuentra sometido a sobreesfuerzo y los vasos sanguíneos pueden lesionarse. Con el tiempo, los cambios en los vasos que llevan sangre a los riñones y al cerebro pueden afectar también a estos órganos.

El corazón, el cerebro y el riñón pueden manejar el aumento de la presión durante largo tiempo. Esta es la razón por la que se puede vivir durante años sin ningún síntoma de enfermedad. Pero eso no significa que la hipertensión no siga su curso. La hipertensión es uno de los factores de riesgo más importantes para un ataque cardíaco, un ictus cerebral y para la insuficiencia renal.

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