Se utilizan para detectar una variedad de afecciones, entre las que se encuentran los problemas cerebrales, de la médula espinal, el esqueleto, el tórax, los pulmones, el abdomen, la pelvis, las muñecas, las manos, los tobillos y los pies. En algunos casos, proporciona imágenes claras de partes del cuerpo que no se pueden ver con tanta claridad con las radiografías, las tomografías computadas o las ecografías. Esto hace que sea una herramienta sumamente valiosa para diagnosticar problemas en los ojos, los oídos, el corazón y el sistema circulatorio.

 

La RMN puede diagnosticar numerosos problemas en huesos y articulaciones tales como artritis, fracturas, problemas en ligamentos, tendones o cartílagos. Además, como en los otros órganos, se pueden ver tumores o infecciones. Se utiliza mucho para estudiar los problemas de columna vertebral como las hernias de disco, pues permite ver con mucho detalle los discos intervertebrales, la médula espinal y los nervios que salen de la médula. También se utiliza con frecuencia en problemas de la rodilla, para estudiar sus distintos ligamentos o los meniscos. Y en problemas como la osteonecrosis o infarto óseo.

En qué consiste la RMN de cuerpo

La resonancia magnética nuclear (RMN) es un examen médico no invasivo que los médicos usan para diagnosticar y tratar enfermedades.

La RMN emplea un campo magnético potente, pulsadas de radiofrecuencia y una computadora para crear imágenes detalladas de los órganos, tejidos blandos, huesos, y prácticamente el resto de las estructuras internas del cuerpo. La RMN no utiliza radiaciones ionizantes (rayos X).

Las imágenes detalladas obtenidas con la RMN les permiten a los médicos evaluar varias partes del cuerpo y determinar la presencia de ciertas enfermedades. De esta forma, las imágenes pueden examinarse en el monitor de una computador, transmitirse electrónicamente imprimirse o copiarse a un CD.

Los médicos utilizan el examen de RMN para diagnosticar o controlar el tratamiento de enfermedades tales como:  

  • Tumores en el tórax, abdomen o pelvis.
  • Enfermedades del hígado tales como la cirrosis, y anormalidades de los ductos biliares y del páncreas.
  • Enfermedad inflamatoria del intestino como la enfermedad de Crohn y colitis ulcerativa.
  • Problemas cardíacos, tales como la enfermedad congénita del corazón.
  • Malformaciones de los vasos sanguíneos e inflamación de las vasos (vasculitis).
  • Un feto en el útero de una mujer embarazada.

¿Te interesa cuidar de tu salud?

¡Suscríbete ahora! lo mejores contenidos de interés para cuidar de tu salud