¿Qué es?

También llamada hemograma o conteo sanguíneo completo (CSC), esta prueba común ofrece información detallada sobre tres tipos de células presentes en la sangre:

  • Glóbulos rojos: Contienen en su interior la hemoglobina, proteína presente en el torrente sanguíneo que permite que el oxígeno sea llevado desde los órganos del sistema respiratorio hasta todas las regiones y tejidos,  eliminando productos de desecho.
  • Glóbulos blancos: Encargados de efectuar la respuesta inmunitaria, actuando en la defensa del organismo contra antígeno, sustancias extrañas e infecciones.
  • Plaquetas: Detienen hemorragias mediante la formación de coágulos.

Es uno de los análisis de rutina de mayor importancia, ya que la información que de aquí se deriva proporciona una idea muy confiable del estado general de la salud del paciente. “Una biometría hemática la debemos hacer cada año, al llegar a cierta edad, después de los 40, se debe convertir en un análisis obligado, como la mastografía en mujeres o el perfil prostático para los hombres”, aseguró Víctor Salinas, especialista español en biometría hemática.

La biometría hemática completa se puede llevar a cabo bajo muchas condiciones y para evaluar diversas enfermedades y síntomas. Por ejemplo, los resultados reflejan inconsistencias en el volumen de líquidos (como deshidratación) o pérdida de sangre, anemia, y leucemia,  además de afecciones relacionadas con la producción y destrucción de glóbulos rojos, infecciones, alergias y problemas de coagulación.

La realización de este examen requiere muestra de sangre tomada a través de una vena, por lo general, de la región interior del codo o dorso de la mano.

Dentro del examen la química sanguínea comprende:

  • Glucosa
  • Triglicéridos
  • Colesterol
  • Urea
  • Creatinina
  • Ácido úrico

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